EL CANDOR DE LOS COMICS CONCLUYÓ CUANDO EL
HOMBRE ARAÑA LE QUEBRÓ EL CUELLO A GWEN STACY.
Antes de proseguir con la disertación que di
inicio en el artículo anterior, un saludo a todos los que leen este blog y que hayan
pasado bien el día del amigo, en mi caso, estuve presente en la grata reunión
desarrollada en los dominios de la tienda de Park Comics.
Bueno, la función debe continuar.
Los principios de los años setentas ahora están
siendo designados como el punto de inicio para la era de bronce de las historietas,
una de muchas eras arbitrariamente asignadas por coleccionistas influyentes
estadounidenses (como los que publican guías de precios Overstreet o algo
parecido) en un intento de clasificar o catalogar el mundo de la historieta.
Como sea, existe un debate sin finalizar en la
comunidad de la historieta sobre los exactos nombres de las eras,
particularmente de la "era de bronce" para dar lugar a la "era
moderna."
Ciertamente que existen puntos críticos e históricos
que sirven como acontecimientos, como postes con carteles para guiar con los
cuales nosotros podemos determinar cuando un periodo de la historia de la
historieta termina y otra empieza.
Quizás lo más traumático de todo es el evento
que muchos nombran como el momento más memorable y emotivo en el recuerdo
colectivo de los fanáticos, y uno que también cierra la puerta a la era de
plata con sus cuentos desenfadados y alegres, así como ello anunciaba un tiempo
de maduración y un renuente análisis de su propia conciencia.
Marvel Comics había comenzado a explorar el
potencial para entretener con un bocado "para adultos" con la inclusión
de monstruos en historietas "para niños" (y reforzando el concepto en
revistas que no llevaban sellos de censura) en donde se enfocaban en los
rincones macabros de su realidad ficticia.
Vampiros, hombres lobos, momias, monstruos
pantanosos y demonios flamígeros vengativos ahora recorrían las calles de las
ciudades que eran transitadas por Hulk, Thor y Capitán América...y el una vez prístino
universo Marvel comenzaba a conocer la maldad corrupta en una forma que nunca había
sido llevada a sus personajes.
Con el renacimiento del horror que empezó con
la revista RELATOS SALVAJES #1 de 1,971, aparecerían personajes como Hombre
Cosa, Drácula, Hombre Lobo, Motociclista Fantasma y la lista seguiría ampliándose.
Algunos opinan que esta evolución de fantasías
para adolescentes a fantasías para jóvenes adultos era una muestra acelerada de
falta de control.
Y hablando de aceleración, la era de plata fue
anunciada con trompetas al paso veloz de un héroe que haría de la velocidad, su
mejor arma contra los chicos malos.
National Periodical Publications / DC Comics
publicó en ESCAPARATE (Showcase) #4 de 1,956 la segunda encarnación de Flash (ahora
llamado Barry Allen, científico de la policía que fue impactado por un relámpago
y empapado al mismo tiempo con químicos experimentales en su laboratorio) un número
que generalmente es aceptado como el nacimiento de la era de plata de los
comics estadounidenses.
La era de bronce comenzaría con el sonido más
pequeño. Seria un "snap" que remecería el mundo de la historieta...
el impensable, desagradable ruido de un cuello roto que significaba la muerte
de Gwen Stacy.
Gwen, la prometida de Peter Parker en EL
SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA, quien como ya lo mencione en uno de mis blogs, ella
era originalmente una chica presuntuosa de familia bien acomodada que comenzaría
a ser suavizada, con cambios en su vestuario y prestando interés por Parker en
el mismo instante que Steve Ditko, el co-creador / dibujante / co-guionista de
la colección, fue reemplazado por John Romita que incorporaría su experiencia
de años de estar trabajando en el genero de historietas románticas para
National Periodical Publications / DC Comics.
Martin Goodman y Stan Lee estaban mucho más cómodos
con los aportes de Romita en los guiones y con el embellecimiento del mundo
surrealista que Ditko había estado encaminando a su visión del Hombre Araña.
Ahora se enfatizaba una nota de esperanza y
amor dentro de la existencia de Araña / Parker que contenía aspectos lúgubres.
Gwen fue la "mancha" más brillante en la vida de Peter, un centro
espiritual, su centro. Ella se convirtió en la primera "novia" para
una parte de la legión de fanáticos de historietas quienes seguían interesados
en la relación romántica del otro yo del Hombre Araña, al mismo tiempo que
ellos eran maravillados con las hazañas superheroicas.
Ella fue tan real como un miembro de la
familia, una empatía que el astuto Lee fue particularmente adepto al promoverlo
entre los lectores.
Siete años después de su presentación en el Araña-verso,
el joven escritor Gerry Conway utilizaría esa conexión empática en una forma
enteramente sobrecogedora.
La muerte de Gwen Stacy fue el fin de la inocencia para la colección y para el genero de superhéroes en general... era un instante cuando un héroe no podía salvar a la damisela en peligro, cuando la fantasía se fundió incómodamente con la realidad y la mortalidad finalmente había entrado en el mundo de las historietas. "nada sería lo mismo" es el cliché respectivo.
La muerte de Gwen Stacy fue el fin de la inocencia para la colección y para el genero de superhéroes en general... era un instante cuando un héroe no podía salvar a la damisela en peligro, cuando la fantasía se fundió incómodamente con la realidad y la mortalidad finalmente había entrado en el mundo de las historietas. "nada sería lo mismo" es el cliché respectivo.
Surgiendo de una etapa de prosperidad y esperanza hacia otra llena de violencia e incertidumbre, los Estados Unidos estaban madurando. Su televisión les mostró su participación en la violenta guerra de Vietnam y sus ramificaciones en su patria, a todas las familias norteamericanas. Sórdidos detalles de la conspiración "Watergate" y la pronta disolución de la presidencia golpeó sus ilusiones sobre tener líderes y dirigentes incorruptibles.
Desde un punto de vista, los gringos estaban aprendiendo algunas verdades difíciles de aceptar y si el arte es meramente un reflejo de la vida, entonces el mundo de los superhéroes de historietas estaba destinado a encontrarse con esas verdades también.
En un pequeño rincón de ese universo ficticio,
en una versión paralela de la afamada ciudad de Nueva York, un sujeto con poca
fortuna llamado Peter Parker iba a experimentar una tragedia injusta que simbolizaría
el cambio en las olas de la historia y propondría una nueva era en historietas.
Gwen Stacy, el amor de su vida, iba a ser la oveja sacrificada en este ritual trágico.
Si existe una cosa que es algo segura en la
vida de Peter Parker, es que la mala suerte era su compañera inseparable. Aunque
estaba dotado con habilidades que lo hacían el Hombre Araña y teniendo un
intelecto agudamente científico, Parker continuaba sufriendo en su vida
familiar y como su otro yo combatiente del crimen. De hecho, Arañita tenía el
toque para discordar con la autoridad. Mientras sujetos como los Cuatro Fantásticos
y los Vengadores eran aplaudidos como héroes, el Hombre Araña era temido y
perseguido por la gente que trataba de proteger. Él enfrentaba enemigos
mortales que a la firme editorial se le podía ocurrir y sin embargo, él permanecía
ante los ojos del público como un oportunista ególatra que busca fama o
criminal del bajo mundo y lo peor, ser un homicida.
Cuando Lee abandono la colección por completo
y Conway se convirtió en la mano que guiaría el destino del personaje, Parker había
encontrado nuevos obstáculos, incluyendo una ulcera duodenal que lo debilitaría
y lo dejaría mal preparado para el ataque de uno de sus viejos enemigos, el
Doctor Pulpo. Pero nada lo prepararía para lo que iba a venir. La pérdida de
una de las alegrías de su vida fue un evento altamente inesperado para todo el
mundo, algo en lo que participaría uno de sus más grandes enemigos, uno que conocía
su identidad secreta. Alguien lo suficientemente letal para atacarlo en su alma
y corazón. Apropiadamente ataviado, esta retorcida mente criminal utiliza la
cara de un demonio subido en un planeador metálico que recorre los cielos, es
el industrial Norman Osborn, quien en actitud homicida busca vengarse de su
oponente como el Duende Verde.
Mucho ya ha sido escrito sobre este relato
legendario, originalmente presentado en EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA #121 en
1,973. Con imágenes y diálogos que aun queman en los recuerdos de los fanáticos
de historietas y de Marvel en cualquier parte del mundo, este cuento continua
siendo una de las historias mas inolvidables que se hayan publicado. El Duende
Verde al buscar a Parker en su apartamento, se encuentra con Gwen que esperaba
a Peter, el maniático la rapta y la lleva a lo más alto del puente George
Washington.
Aquí hay un error del editor Roy Thomas,
aunque se menciona en esta aventura y en las subsecuentes menciones de este
lugar, este NO es el puente George Washington lo que se ve dibujado por Gil
Kane y entintado por John Romita, sino que es el puente Brooklyn ¿hora de un
"sin-premio"?
Quien leía esas paginas por primera vez, veía
que un agripado Arañita llega para salvar el día y su intento de poner a la
chica en un lugar seguro, una secuencia de eventos que se repite en incontables
cuentos de aventuras y de superhéroes. Los lectores no se hacían problemas en creer,
como ya lo habían visto muchas veces antes, que el héroe ciertamente con
esfuerzo saldría triunfador nuevamente, derrotando al villano y salvando la
vida de su amada. Durante toda la pelea, Gwen esta inconsciente, el Duende
sobre su planeador con forma de murciélago separa a la pareja con un empujón y
quien cae al vacío es la chica dirigiéndose sin despertar hacia las frías
aguas. Aunque el Hombre Araña logra cogerle su tobillo con una telaraña, después
de subirla es donde se da cuenta que ella ya es un cadáver.
Enfurecido más allá de toda razón, Parker jura
que llevara a la justicia a Osborn, aunque eso signifique que lo matara con sus
propias manos.
Para los fanáticos del Hombre Araña en
particular, esto fue el momento más vibrante en todos los años de la colección.
Aquí estaba el héroe de las pullas alegres, que siempre mostraba buen ánimo
ante el rostro de la maldad, ahora vociferando revancha sangrienta a los cielos
al estar cargando el cuerpo sin vida de Gwendolyne Stacy. Aquí estaba la novia
del héroe, muerta, MUERTA de la manera que nunca se puede regresar.
Todo lo sucedido en unos pocos y simples
paneles irrevocablemente transformó el mundo de las historietas y sus
consumidores.
Próximamente:
Stan Lee mató al Capitán George Stacy pero no quería que la casquivana de Mary
Jane Watson fuese la señora Parker.
En otras palabras, veremos paradigmas, fuerzas
literarias, poder económico y algunos arrepentimientos. Todo eso por haberle
roto el dulce cuello a la novia del Hombre Araña. Hasta entonces, tengan una
buena lectura.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.
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