Esta es la segunda y ultima parte del articulo donde les
comento algunas de las anécdotas que el gran escritor- dibujante Carl Barks
tuvo cuando trabajaba haciendo historietas con los populares personajes de la
corporación Walt Disney en el siglo pasado.
Esto va para los que han leído estas historietas, habrá que
suponer que cuando existen tres sobrinos que son como trillizos idénticos,
algunas veces es difícil seguirles el paso para diferenciarlos uno del otro tan
solo usando la vista.
Así que ha habido ocasiones, y son raras ocasiones, cuando
Barks accidentalmente agregó un cuarto pato pequeño. Esto es lo que algunos catalogan como un error de su parte.
Este error que dejo pasar el editor en esas ocasiones, ha sido tema de
innumerables bromas entre los patofans que han llegando a llamar a este
personaje “Phooey, el cuarto sobrino.” (Fuchi, si lo traducimos al español.)
Sin embargo, todos sabemos que al ser mencionado algo
insistentemente, hasta una broma puede convertirse en algo serio y adoptar una
postura diferente, así que para que estemos todos de acuerdo hasta aquí, “no
existe ningún cuarto sobrino llamado Fuchi.”
Es tan solo una broma entre los dibujantes y fans de los
habitantes de Patoburgo / Patolandia como se ve en el panel que pongo como
ejemplo.
PHOOEY DUCK
Pero existen patofans que indagan más de lo que uno no se espera y surgen cosas en la Internet como “¿la primera aparición de Fuchi?”
PATO FUCHI
Esta imagen pertenece a una tira cómica impresa en Noviembre de 1,946.
Pero la leyenda del cuarto patito es tan persistente que un escritor holandés hizo un cuento oficial.
Nos cuenta sarcásticamente que los tres sobrinos son impactados por un relámpago y gracias a ello, durante momentos de estrés, ellos pueden generar un cuarto sobrino que se hace realidad por unos momentos y desaparecer segundos después.
En fin, volvamos a 1,945, y revisemos la historieta FOUR COLOR COMICS #108, ahí Barks escribió y dibujó un cuento titulado “el Incendiario” con el Pato Donald.
¿Cuál es el problema? Den un vistazo a estas dos páginas de
muestra:
FIREBUG 1
FIREBUG 2
Donald siempre tan propenso a los golpazos en su cabeza para
terminar trastornado. Bien, después que el pato que se viste de marinero se
convierte en un pirómano, alguien más comienza a robarle su técnica incendiaria
(como todo un experto, Donald podía hacer fuegos con forma de “t,” de cuadrados,
etc.)
En el desarrollo del cuento, un policía incendiario
perseguía a Donald hasta que todos descubren que se trataba de un impostor,
otro pirómano que se robaba las ideas incendiarias de Donald. Vean estas dos
páginas más:
FIREBUG 3
FIREBUG 4
Como todos ustedes ven, todo el cuento fue un sueño.
Pero atención, los dos últimos paneles NO son de Barks, estos
fueron reescritos y dibujados por otra persona. Según Barks, “los editores
objetaron los dos últimos paneles de esa historia porque yo hice que Donald
prendiera fuego al cesto de basura del juez. [Eso] accidentalmente quemó el
juzgado y él terminó encarcelado. Western [Publishing] no podía tener un
personaje Disney viéndose detrás de las rejas en el panel final de la historia,
así que ellos cambiaron el final. Ellos no solían redibujar mi arte así; los
editores casi siempre sugerían al mismo dibujante que hiciera los cambios. Pero
esos dos paneles podrían haber sido hechos por alguno de los dibujantes del
personal, como Carl Buettner (director de arte) o Tom McKimson.”
Yo podría agregar el nombre del dibujante Dan Noonan a la
investigación.
Para los estadounidenses, los paneles originales de Barks se
han perdido para siempre.
Para Alemania y los países escandinavos, se ha publicado una
versión alternativa de este cuento en el segundo volumen de “Carl Barks
Collection.” Allí se ha restaurado el
final original, ahora escrito por Geoffrey Blum y dibujado por Daan Jippes.
Es mi opinión, y es una sospecha que la orden de cambiar el
final de la historia NO es porque Donald termina en la cárcel, porque ese
“chiste” era común en las caricaturas estadounidenses en esos años.
El pato berrinchudo ya había sido visto detrás de las rejas
anteriormente, aquí hay un ejemplo, en un cuento publicado en la historieta
WALT DISNEY’S COMICS AND STORIES #50 (dibujos de Buettner):
DONALD EN WDC50
¿Espeluznante, no?
Para mi que el cambio se debe haber dado por la indecisión
de hacer un personaje muy popular para los niños que este provocando incendios
en la “realidad” (lo que es opuesto a un sueño – pesadilla.)
Y para terminar, un relato de la vida real desde Alemania
que parece digno de los cambios en la personalidad de Donald a los que nos
acostumbró Barks en sus cuentos.
Arno Funke nació en 1,950. Ya en sus treintaitantos años, él
había estado trabajando pintando automóviles y carteles por un buen numero de
años.
Pruebas posteriores indicaron que los humos de las pinturas
le hicieron una significante cantidad de daño cerebral a su persona, lo que
explicaría sus siguientes acciones.
Porque, ustedes verán, el sujeto se volvió un extorsionador
que se burlaría de la policía por años.
Funke supo aprovechar la frontera divisoria entre Berlín
Oriental y Berlín Occidental en los años ochentas para asegurarse de no ser
capturado. El perturbado mental colocaría bombas en los almacenes de Berlín
Occidental y llamaría para amenazar desde Berlín Oriental, exigiendo dinero
para no encender la bomba.
Una vez, una bomba explotó, causando serios daños a una
tienda de ventas, pero nadie salio herido. Se ha dicho después que Funke era
extremadamente cuidadoso de no herir a nadie.
Para su carrera criminal, Funke comenzó a llamarse a si
mismo “Dagobert” que es el nombre que utilizan en Alemania para nombrar a Uncle
Scrooge, el tío Rico (¡!)
En los siguientes seis años, Dagobert inspirado en algunos
pasajes de las historietas hechas por Barks para Disney, se enfrascó en el
juego del gato y el ratón, utilizando sus talentos para evitar ser atrapado.
Inclusive llegó a diseñar dispositivos que lo ayudarían en
sus chantajes, como unas maquinas que recorrían sobre los rieles de los trenes
donde él exigía que depositaran el dinero, para luego desaparecer de la vista
en falsos fondos que estaban ocultos, y poder dejar caer el botín en cualquier
punto de las vías.
Como Dagobert, el chantajista se volvió un fenómeno popular
de su cultura, canciones y camisetas en su honor aparecieron.
Todo llego a un punto crítico para la policía que hasta tuvo
que combinar cientos de páginas de las historietas de Carl Barks, esperando
encontrar alguna pista en esos cuentos.
Finalmente, Funke fue atrapado en 1,994.
Él fue sentenciado a pasar nueve años en prisión pero solo
estuvo seis años encarcelado. La reducción en su condena fue debido a la
evidencia confirmada de su daño cerebral.
Al estar libre, él escribió un libro sobre su vida criminal.
Funke ha trabajado como caricaturista para una editorial de
libros desde entonces, y en ocasiones, da numerosas conferencias y aparece
invitado en la televisión.
Y como imaginan, existen más anécdotas relacionadas con
Barks que me gustaría comentar (como las “pato aventuras” que inspiraron a
George Lucas para su “Indiana Jones,” cambios inesperados de personajes o las
restricciones bizarras, etc.) pero lo dejaremos para otra ocasión. Hasta la
próxima colaboración.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.
P.D.: a quien le interese, el nombre completo del popular
personaje es Donald Fauntleroy Duck, pero nunca ha sido creado o usado por
Barks. La primera vez que fue mencionado fue en la caricatura para los cines
“Donald gets drafted” (“Donald es reclutado.”)
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