¿QUE TRAJO DE PROVECHO PARTIRLE EL PESCUEZO A LA PROMETIDA DE PETER
PARKER?
Antes que existiese Internet, una de las
mejores fuentes para conocer los entretelones de la industria de las
historietas norteamericanas eran las pocas revistas especializadas en ese
tema.
Este es un extracto traducido de una
entrevista que le dio Stan Lee a su ex-mano derecha en el grupo Marvel, Roy
Thomas para la revista Comic Book Artist #2 en 1,998 (no hace falta decir que
ambos editaron todo lo que dicen para que no haya más gente que se le vaya
encima como en el pasado):
Roy Thomas
Roy: tu vas a estar contento al saber que yo
no voy a preguntarte sobre quien mató a Gwen Stacy. Nosotros vamos a esquivar
eso por completo, ya que hemos tenido suficiente de eso.
Stan: [Risas] es gracioso, porque obviamente
mi memoria esta equivocada. Yo creo que Gerry Conway había dicho que yo le dije
que la matara, pero yo no recuerdo haberle dicho eso.
Gerry Conway
Roy: la verdad es que, él dijo que
evidentemente esa fue la idea de John Romita.
Todo lo que Gerry dice es que él y yo
obtuvimos tu aprobación, pero nunca ha insistido que fue tu idea. Yo no creo
que se te hubiera ocurrido esa idea.
John Romita Sr.
Stan: el recuerdo que yo tengo es él
preguntándome como escribir el asunto y yo le dije "hey, es tu libro, solo
mantenlo en su personaje y escríbelo." yo me fui, al regresar ¡ella estaba
muerta! yo pienso que él estaba siendo citado en algún lugar al preguntarme si
él podría matarla y yo le dije si. Yo no recuerdo eso y no creo que yo lo hice.
Stan Lee y John Romita
La razón no es que yo tenga una aversión a matar un personaje dentro de una
serie, pero yo siempre quise que ella [Gwen] se casara con Peter Parker.
Pero aun más que eso, solamente en un corto
tiempo anterior [a la muerte de Gwen], nosotros habíamos matado a su padre ¡y
yo no quería que se viese como yo tenía algo en contra de la familia Stacy!
Roy Thomas y Gerry Conway
Roy: yo si recuerdo que tu estuviste de
acuerdo con matarla. Tú probablemente sentiste que era nuestro juego -yo como
editor, Gerry y John- y ese era nuestro trabajo. Yo creo que tú no quisiste meterte
en nuestro camino, pero tú nunca mostraste entusiasmo sobre la idea.
Stan: si yo estuve de acuerdo, fue
probablemente porque yo tenía mi mente en otra cosa más. Yo fui descuidado,
porque si yo realmente lo hubiera considerado, yo tendría que haber dicho
"Roy, vamos a hablar sobre esto."
Este es un ejemplo de las muchas respuestas
para el público que en el curso de las décadas han aparecido en infinidad de
publicaciones y que si uno lee bien entre las frases, siempre aparece algo más,
aunque todos ellos piensen que ya se aclaró el tema de una vez por todas.
Volveremos a tocar esta parte mas adelante,
ahora retomemos la disertación en donde se quedo la semana pasada.
Existen autores que hablan sobre la inercia
esencial que caracteriza la construcción mítica conocida como superhéroes.
Poniéndolo más claro, estos héroes deben desafiar las mismas fuerzas de la
naturaleza para nunca envejecer o evolucionar, reteniendo un perfil de icono
básico para continuar preservando su poder como figura legendaria y durar todas
las aventuras cíclicas que definen sus existencias.
Los superhéroes están atrapados en una curva
interminable de causa y efecto, siempre batallando los mismos villanos,
confrontando los mismos dilemas y manifestando los ideales de heroísmo y coraje
de generación en generación con sus
arrugadas mallas y extraños peinados.
El maestro Gil Kane dibujó la muerte de Gwendy y del Duende Verde. Romita lo entintó.
Sin embargo, existe una influencia
transformadora que algunas veces derriba esa línea divisoria de la
intransigencia esencial del héroe de historietas y lo impulsa hacia un nuevo
nivel, donde el ciclo nuevamente toma el mando, como lo señale anteriormente en
el caso de la llegada explosiva del segundo Flash a la industria en la era de
plata.
Continuando ejemplos en el universo de
historietas DC, todos fuimos testigos de la temporal muerte de Superman, el
reemplazo del asistente de Batman (Dick Grayson) en tres ocasiones en el rol de
Robin (Jason Todd, Tim Drake y Damián Wayne) y la degradación de Hal Jordan /
Linterna Verde (de la era de plata) de estimado héroe a villano homicida usando
el nombre de Parallax, mi opinión personal sobre estos eventos ya fueron publicados
en uno de mis blogs.
Claramente hay formas de interrumpir el
paradigma.
Jhon Romita y Gwendy....¿No left hard feelings between us...?
Si las teorías de los expertos son correctas,
y dada la evidencia que el género de los superhéroes y sus habitantes han
definitivamente atravesado fases discernibles de evolución rudamente
correspondiendo a las "eras" delineadas por la comunidad de los
comics, entonces estas sacudidas catárticas precipitadas hacia adelante no son raras
sino efectos posteriores inevitables del innegable avejentado mundo real de los
lectores.
El tiempo puede suspenderse para un héroe,
pero si gran cantidad de ese tiempo pasa, y aquel lector que se emocionaba ante
esas hazañas, comienza a madurar esperando algo nuevo y diferente de su adorado
ídolo, entonces el mundo del superhéroe debe transformarse.
Cuando la presión para evolucionar es tan
grande que ya no puede esperar, el reloj comienza a correr aunque sea unos
minutos, el mundo superheroico se desenvuelve en maneras obvias, ya sea sutiles
o quizás dramáticas, y luego el tiempo vuelve a ser suspendido. La inclinación
natural del genero de superhéroes es permanecer estático, pero las exigencias
del publico viviendo en el mundo real y la necesidad de las editoriales de no
perder el dinero de sus consumidores, es lo que fuerza el cambio, aunque sea de
vez en cuando.

El Hombre Araña y las historietas de
superhéroes en general, claramente han enfrentado esa encrucijada en 1,973.
Como todo el mundo sabe, los Estados Unidos estaban dejando atrás una época
simple y entrando en una atmósfera socio-política más desalentadora. Las
sensibilidades tétricas que se expandieron por esa nación también se filtraron
en la cultura popular y llegó incluso a derribar la barrera entre nuestro mundo
y penetrar el cosmos habitado por el conocido trepador de paredes.
Algunos expertos dicen que para el Hombre
Araña y los comics estadounidenses en general, la exagerada purga de la
historia de Gwen Stacy fue el instante culminante que cerraba una puerta a una
era e inauguraba algo nuevo, comparándolo con la llegada de Flash II en los
años cincuentas como una manifestación de otro cambio en la conciencia del
publico, cambio alentado por un creciente conocimiento y miedo del poder
atómico y de las transgresiones de la ciencia.
La muerte de Gwen Stacy podría ser
interpretada como una respuesta explosiva y súbita a las presiones construidas
dentro del género de superhéroes, la industria de las historietas y los
consumidores que la apoyan.
En el caso del héroe número uno de Marvel,
reconociendo que la edad promedio del lector del Hombre Araña había avanzado
con el paso con el paso del tiempo, John Romita, Roy Thomas y Stan Lee deben
haberse dado cuenta subconscientemente que ahora era el momento de permitir que
su personaje evolucionara en alguna pequeña medida. Pronto, tal trauma podría
ser parte regular en la vida de cualquier superhéroe de la industria.
A medida que la
seguridad y tranquilidad del superhéroe de la era de plata llegaba a su fin en
el medio de una agitación sicológica y social, el nacimiento de una nueva era
fue anticipado y reflejado en los trabajos más socialmente instruidos y
reflexivos de los jóvenes creativos relativamente nuevos en la industria.
No hay duda que esta generación de creadores
trataba de dejar su huella en una industria que en ocasiones les recompensaba
tales bravatas.
Para los fanáticos quienes han experimentado
de antemano este cambio de paradigma, ellos estuvieron menos preocupados con
las realzadas fuerzas psico-sociales motivando la dirección y las
ramificaciones de tal efecto en el futuro del medio. Ellos estaban más
concentrados en el mismo fallecimiento de Gwen Stacy y la conmoción del héroe
ante este suceso. Quizás el elemento más perturbador de la historia para esos
lectores fue el efecto sonoro del pequeño "snap" que en los
siguientes años inspirarían arduos debates y interminables negaciones de todo
el equipo creativo involucrado sobre la decisión final de dejar esa onomatopeya
en el panel crucial donde vemos a Gwen siendo "rescatada" por el héroe
(actualmente, todos los sobrevivientes creativos sacan el pecho con orgullo por
haber participado en esta historia.)
La implicación del crujido de huesos era muy
simple...cuando la telaraña del Hombre Araña agarra la pierna de su chica y la
jala con todas sus fuerzas para detener su caída, accidentalmente él asesina a
Gwen al romperle el cuello.
Este crimen no es notado por el héroe ni por
el villano, tal detalle hizo que la inclusión de la onomatopeya fuese más
misteriosa. El héroe no habría tenido la oportunidad de experimentar cualquier trastorno
dramático como resultado de su acción y el villano no hubiese tenido el
conocimiento necesario para desdeñar a su contrincante sobre la ironía de todo
esto. El "snap" fue dedicado a todos los lectores, para atormentarlos
con la culpabilidad ¿secreta? del Hombre Araña y reforzar los rasgos
conmovedores de la clara perdida de Gwendy.

En el siguiente numero, el Hombre Araña mostró
una faceta diferente ante sus fanáticos, al arrojar lejos su actitud caprichosa
acostumbrada y con su raciocinio nublado se dedico a buscar venganza. Para
algunos lectores, fue extraordinario ver a un Hombre Araña usando todo su poder
sin limitarse a si mismo. Para los niños quienes solían seguir comics para sus
escapes de la realidad, esto fue un impactante cambio bien manejado en el
estilo de la colección. Una lección había sido enseñada, aun en el mejor de
todos los mundos, donde los héroes triunfan y hasta pueden volar...la muerte es
ineludible.
La justicia es servida en EL SORPRENDENTE
HOMBRE ARAÑA #122, afortunadamente el cabeza de telaraña no tiene que
ensangrentar sus propias manos. según la historia, el villano apaleado nota que
el afligido héroe baja sus defensas lo suficiente para lanzar un cobarde ataque
a sus espaldas utilizando su dañado "jet-flier", por un extraño
capricho del destino, las dobladas "orejas" del planeador volador se
ven como "cuernos" de un demonio. Gracias al sentido de araña que lo
alerta de todo peligro, el héroe esquiva a centímetros el impacto mortal y es
el Duende Verde quien es perforado en el pecho por su creación. Violentamente,
el súper villano es clavado contra una pared de ladrillos, esto es lo que sella
su destino final cuando lo vemos agonizando, cual grotesco ente de las
pesadillas, MURIENDO DE UNA VEZ POR TODAS al despertarse uno de un mal sueño.

La importancia mítica de la escena fue bien
llevada por lo que Gerry Conway redactó en la captación, tal descripción le dio
al blanco a la finalidad del momento y la resolución a la más grande lucha de
representaciones del bien contra el mal.
"Así es como los hombres orgullosos
mueren. Crucificados, no sobre una cruz de oro, sino sobre una estaca de
humilde hojalata." y vemos caer el cadáver sin vida de Norman Osborn entre
los hierros retorcidos de su propia cabalgadura utilizada en sus actos diabólicos.
Próximamente
el capitulo final: como se plantearon disculpas a
causa del cogote quebrado a la chica preferida de Stan Lee (hasta el cambio en
su discurso en favor a Mary Jane por negocios en este siglo) en ese momento del
tiempo.
Sigan con la sintonía de las consecuencias del
homicidio de Gwen Stacy por el grupo Marvel en la hoy llamada por algunos, la
"era de bronce."
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.