sábado, 22 de octubre de 2011

Relatos de la Legion de Comiqueros

Esta vez les traemos un relato publicado en varios comics DC en los años 80’s, en la sección de cartas llamada Meanwhile. Un fan llamado Mark Delaney, cuyo relato cubre tres décadas 60’s, 70’s y 80´s y dice así:

Debo estar loco. Tengo en mis manos la copia mas perfecta del #18 de Batman (1943 Golden Age) que un coleccionista podría soñar poseer. Pagué por ella 175 dólares (el duro trabajo de cuatro días)..¿Estoy enfermo..? ¡Que alguien me lo diga!


Mi problema comenzó cuando tenía nueve años de edad (en los años 60’s). Mi madre me daba un cuarto de dólar cada semana para mis gastos, y mientras mis hermanos se gastaban el dinero en dulces y refrescos, yo solo compraba dos cosas: Un dulce gigante de 10 centavos y un comic-book de doce centavos. Tratar de escoger el título, el único título que me iba a comprar en toda la semana, era siempre algo traumático.
Batman era mi personaje favorito, así que los comics protagonizados por él eran siempre mi primera elección.

El tiempo pasaba, yo compraba un Detective por aquí, un Justice League por allí…Mi paga aumentó, pero también aumentó el precio de las revistas, así que nunca pude comprarme todos los títulos que me gustaban.
Finalmente, cuando cumplí los 14 años (en los años 70’s), mi querida madre cogió la caja donde guardaba la colección .…y la tiró a la basura.


Aquello me dolió, pero no me destrozó el corazón. Después de todo, me dije a mi mismo, ya estoy muy mayorcito para leer comic-books.
Punto y Aparte.

Edad: 24 años (años 80’s). Estaba en casa enfermo, con fiebre…Mi novia me llamó, ofreciéndose para ser mi enfermera…y yo acepté.


Era una gran chica. Cuando me vio envuelto por las sabanas blancas, se ofreció para ir a la tienda de la esquina para comprarme alguna cosa. “¿Quieres una Seven-Up?” me preguntó. “¿O una naranjada?”
“Cualquier cosa” dije yo, “cualquier cosa”…pero justo cuando se iba a marchar, algún pequeño demonio se pegó a mi lengua y la detuve un momento antes de que cerrara la puerta. “¡Eh!” dije, “una cosa mas. Traeme un comic-book de Batman… Ok?”

Ella se giró y miró extrañada, como si nunca hubiera oído la palabra “comic” en su vida…
“¿Un que?” me dijo…”Un comic” repetí. “un Batman” “¿podrías conseguirme uno?”…
“Bueno, esta bien...” me dijo.


Sucedió, desgraciadamente que mi chica no sabía demasiado de comics: Volvió con un Superman, un Flash y un She-Hulk.



Daba lo mismo, estaba enganchado de nuevo.

Pronto descubrí que existían librerías especializadas en comics, y cometí todo tipo de felonías hasta dar con ellas.
¿Y que fue lo primero que descubrí cuando cuando estuve en ellas?
Ta-daaa ¡¡Números atrasados!! ¡Bendita cuenta bancaria Batman! No solo podía comprar todas las novedades, sino también todos aquellos comics antiguos que mi madre había tirado.
Estaba en el cielo, emborrachado con el olor de la tinta y papel. La vida era Batman, Batman….¡Batman! En un año conseguí todos los números del 145 en adelante.


Y entonces….
La Golden Age. ¡Oh Dios mío! ¡En aquellos lugares tenían comics de la Golden Age! Me gasté solo en ellos 412 dólares en dos meses. Junto con el Batman #18 siguieron los números 7, 8, 9, 11, 14, 23…y un larguísimo etc…Llegaba a casa desde la librería con la sangre hirviendo, con el sentimiento de culpa que un alcohólico sentiría después de haber vendido el coche de la familia y haberse gastado el dinero en bebidas.
Tuve que empezar a controlarme.

Finalmente, fui capaz de contener el aliento y controlar mis gastos. Me forcé a mi mismo a frenarme, a comprar comics atrasados con menor frecuencia.
Aunque a veces un extraño tic viene a mi ojo derecho, y me encuentro a mi mismo firmando cheques por cantidades exorbitantes, soy en el fondo una persona completamente estable.
Lo soy….de verdad.


Mirando a la pared desde mi máquina de escribir veo dos piezas de arte originales. Son unas páginas muy bellas que pertenecen al número 526 de Detective Comics. Están dibujadas por Don Newton y Alfredo Alcalá. Una es la página 44 y la otra la página 46. Y sigo pensando…¿No sería bonito tener tener también la página 45? Así tendría un tríptico. Me pregunto…¿Cuánto querrá el chico de la tienda de comics por ella…?
¡Doctor Ayúdemeee...!


Esto pues es el relato del amigo Mark que también fue publicado en el Batman numero dos de Ediciones Zinco españolas en los 80’s. Y que llegò escasamente a Lima (Historia del Batman Año Uno).
Hay que hacer notar que en USA es costumbre que los dibujantes vendan sus páginas originales y que los encuentres en algunas tiendas de comics.
Hasta el próximo Relatos de la Legión de comiqueros!....nuff’ said.

No hay comentarios:

Publicar un comentario